El brasileño Edmar Figueira, quien desde 2012 milita en el fútbol sirio, contó que en el país del que se acordó el mundo tras los atentados del 13 de noviembre en París, cada partido se juega con estadios vacíos por temor a la violencia.
No debe ser sencillo, por éstos días, vivir en una Europa paralizada por el miedo. Mucho menos debe serlo en aquellas tierras donde la brutalidad se volvió cotidiana. Intentar culpar a unos o a otros de mayores o menores responsabilidades en la gestación de la violencia es un sinsentido que evita comprender los componentes socioculturales que hacen que en cada región se entienda la vida de maneras tan diferentes.
Una mañana desperté y un coche bomba había matado a unas 200 personas a cinco cuadras de nuestro hotel
Para acercar las vivencias de oriente medio al mundo occidental, el testimonio de Edmar Figueira, trotamundos brasileño que desde 2012 juega en el Al-Shorta, del fútbol de Siria, cobra un valor especial y llega despojado de los fanatismos que, la mayoría de las veces y en cualquier rincón del planeta, no dejan ver con claridad.
” Desde mi llegada, en los partidos del campeonato nacional ya no había gente en el estadio por miedo a los atentados, y nosotros los juegos internacionales los disputábamos en Jordania, entrenando en los campos de juego en Beirut, en Líbano, la mayor parte del tiempo. El aeropuerto de Damasco ya estaba restringido, entonces íbamos en bus por la frontera de Damasco hasta Beirut, allí nos quedábamos y hacíamos los vuelos para los partidos afuera, Kuwait, Jordania, etc. Mientras que el tiempo que pasamos en Damasco entrenábamos en un Área Militar muy encerrados y, claro, incómodos con los estruendos de los bombazos de un barrio al otro“, relató el brasileño, de vacaciones en su país, en una entrevista con PasiónFútbol.
De su día a día, Figueira destacó que en Siria, como en todo el mundo, “hay gente buena y gente mala, pero la mayoría era muy amigable”. Y sobre los fanatismos religiosos explicó que él nunca tuvo problemas por ser cristiano.
La selección de Siria se transformó en mi equipo. Era increíble ver lo que eran capaces de hacer a pesar de todos los problemas que los rodeaban
El brasileño se permitió reflexionar sobre los últimos atentados que golpearon el corazón de Francia el 13 de noviembre y expresó: “Me entristece mucho cuando pasan cosas como esta, le debe suceder a la mayoría. Nos deja muy aprensivos y temerosos, pero hay que continuar”.
Figueiras es un verdadero trotamundos, con valor para abrirle de par en par las puertas a cada nuevo desafío, porque sin importarle donde sea, él quiere seguir jugando: ” Pasé mucho frío para entrenar, tuve mucha dificultad con la alimentación por las diferentes comidas y también en el comienzo para comunicarme, por el idioma. Pero el fútbol siempre ha hablado más alto y unido muchas culturas y etnias. Creo que el deporte, en general, tiene un valor muy grande en la sociedad mundial y espero que las personas no continúen aprovechándose de eso para el beneficio propio como se ve actualmente con tanta corrupción”.
+El equipo que admira Figueira