Tras perder en el Camp Nou el primer clásico oficial de la temporada, el club culé anunció la contratación del brasileño, un refuerzo que no convence a los aficionados.
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El clima no es el mejor en un Barcelona que perdió a Neymar y también un juego ante el Real Madrid en su propio estadio que dejó reducida la posibilidad de conquistar la Supercopa de España. Para colmo, los refuerzos que esperan los aficionados están estancados, cuando no ya descartados.
Y en medio de la crisis, el club anunció el fichaje de Paulinho, un futbolista de 29 años, que llega desde el fútbol chino, y por el que pagará 40 millones de euros, el doble, por ejemplo, de lo que en 2014 pagó por Ivan Rakitic.
El futbolista brasileño llegará el jueves a la Ciudad Condal, para someterse a los exámenes médicos de rutina y proceder luego a la firma de su contrato y presentación oficial.
Será, entonces, el tercer refuerzo culé, sumándose a los ya incorporados Deulofeu y Semedo, fichajes que parecen quedar pequeños para un club con las expectativas del Barcelona.