Con la gran parte de la afición en su contra, la familia Della Valle, que se adueñó del equipo italiano en 2002, decidió escuchar ofertas de compra y hacerse a un lado.
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Durante la última temporada se produjo una ruptura en la relación entre los aficionados y los propietarios de Fiorentina, que terminó de quebrarse con la venta de Borja Valero al Inter. Los Tifosi se encuentran molestos por la poca inversión que realiza la dirección deportiva y que no les permite luchar por grandes objetivos.
En el último partido de Serie A que el equipo Viola jugó como local, las pancartas y banderas exigiendo respuestas a la familia Della Valle, que compró el club en 2002, colmaron las tribunas del estadio Artemio Franchi.
Al ver el descontento generalizado, los propietarios de Fiorentina tomaron la decisión de poner el equipo a la venta y hacerse a un lado. “Ponemos a disposición de cualquier persona que quiera comprarlo y lo administre de la forma que lo considere correcto”, expresó un escueto comunicado.
Además, se dejó en claro que la oferta solo está dirigida a los verdaderos aficionados del club, que tengan la capacidad necesaria para poder asumir la dirección del equipo.