Los Lakers completaron uno de los movimientos más impresionantes de toda la temporada baja, al conseguir a Anthony Davis con un traspaso sumamente costoso con los New Orleans Pelicans.
Para hacerse con sus servicios, los angelinos debieron desprenderse de Josh Hart, Lonzo Ball y Brandon Ingram, tres pilares fundamentales de su núcleo joven, así como de 3 selecciones de primera vuelta.
En este sentido, Kyle Kuzma, el único sobreviviente de la camada joven del equipo angelino, reveló que originalmente la gerencia hubiera preferido conservar a sus prospectos, pero la presión de ganar de inmediato los llevó a tomar este riesgo:
“Realmente, nos dijeron a todos que obviamente no querían cambiarnos. Éramos un gran grupo de jóvenes muy prometedores. Cada vez que puedes tener un núcleo de 3 o 4 jóvenes en la NBA, no quieres intercambiarlos. Pero surgió la oportunidad de tener un talento generacional”.
Los Lakers ahora tendrán a Davis junto con LeBron James como sus principales referentes, lo que los coloca en una posición privilegiada en comparación con el resto de la Conferencia Oeste.
Ahora, quedará de parte de los Pelicans desarrollar los talentos que obtuvieron a cambio del ala-pívot, para determinar si, efectivamente, fue un error de los angelinos dejar ir a todas sus futuras estrellas.