El verano de 2010 representó un punto de inflexión para la NBA como la conocemos hoy en día. Fue ese el año en el que LeBron James decidió irse de los Cleveland Cavaliers al Miami Heat para unirse a Dwyane Wade y Chris Bosh.
Ese grupo de jugadores llegó a 4 finales de forma consecutiva y consiguió el anillo en dos de ellas. Sin embargo, Wade reveló que esta dinastía estuvo muy cerca de haber sucedido en otro equipo de la Conferencia Este: los Chicago Bulls.
“Chicago estaba en el tope de nuestra lista. Tenían espacio para dos contratos máximos y a un joven Derrick Rose. Tenían a Luol Deng, a (Joakim) Noah. Tenían todas las piezas”.
No obstante, los All-Stars declinaron la oferta de Chicago porque no contaban con suficiente espacio salarial como para incluir a Chris Bosh en el equipo, a quien ellos querían como “parte de su sueño”, y el único equipo que les ofrecía eso era Miami.
Wade también reveló que LeBron estaba muy entusiasmado con la idea de llegar a Chicago, mientras que él deseaba jugar para el equipo de su ciudad natal, un deseo que eventualmente se cumplió:
“(Chicago) era un lugar donde quería jugar. Era un lugar que LeBron también amaba. Amábamos la ciudad. También es un mercado grande. Obviamente, el sol de Miami también es excelente. Teníamos dos excelentes opciones”.
El proyecto de los Bulls eventualmente se derrumbó, con el equipo traspasando a Deng y posteriormente también a Noah y el siempre lesionado Derrick Rose. Estuvieron muy cerca de volver a ser el equipo dominante de la era Jordan, pero ahora son solo otro equipo en reconstrucción.