Desde hace un par de semanas que los Lakers se temían lo peor en relación con su piloto estrella Lonzo Ball.
Y es que, tras sufrir una dura lesión de tobillo, el armador de segundo año tuvo que retrasar su proceso de recuperación por molestias en los huesos.
Ahora, con la temporada de los angelinos prácticamente en el foso, se confirmó lo que se temía: Lonzo Ball deberá perderse el resto de la temporada.
El joven producto de UCLA había sufrido daño en sus ligamentos durante su lesión de tobillo, lo que retrasó su recuperación.
Asimismo, el equipo no quiso seguir arriesgando a uno de sus baluartes de cara al futuro a sabiendas de que ya deben tirar la toalla.
A su baja se suman la de Kyle Kuzma y Brandon Ingram, mientras que LeBron James no jugará en noches consecutivas.