A 30 años del partido más importante de la historia. La mano de Dios, el gol más humillante de todos los tiempos. El Argentina – Inglaterra vivirá por siempre. Diego Maradona, también.
Nunca fue un partido más. Esto se sabía desde antes que el árbitro pite el inicio del duelo. Se respiraba en la calle, se vivía en un pueblo que todavía lloraba con sangre la guerra de 1982.
Argentina vs Inglaterra. Mundial de 1986, México. ¿Se puede mezclar el fútbol con la política? Puede ser que no, pero esa tarde no había forma de explicarle al corazón que no era otra guerra, que era un simple partido de fútbol.
Los vecinos se reunieron, los nervios invadieron el cuerpo. Había que ganar, no se podía perder otra batalla. Por los que estaban en la tierra, por los que estaban en el cielo.
Y ahí apareció él, el líder de un país, el que defendió a muerte la bandera Argentina. Diego Armando Maradona. Él cargó en sus hombros la sensibilidad de millones de personas.
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Primero les robó. Sí, como ellos robaron la isla. Les hizo sentir lo feo que es. Él gritó el gol pidiendo la complicidad de sus compañeros. Sabía que fue con la mano, con la famosa mano de Dios.
Pero andá a decirle a Diego que eso ya fue suficiente. El 10 de Argentina guardó en su zurda mágica el mejor gol de todos los tiempos. Los humilló. Pero humilló de verdad. Los gambeteó como 11 muñecos. Los sobró.
El llanto de todo un país. Por los que gritaron enfrente de un televisor, por los que se abrazaron en el cielo. Y hoy, simplemente escribiendo estas lineas, las lágrimas se hacen protagonistas del relato. Porque uno se imagina lo que fue, porque muchos lo vivieron.
El Diego fue un soldado más. Y es verdad, nada sanará la herida que dejó esa guerra, pero ese día, el pueblo se sintió vivo otra vez.
Hoy se cumplen 30 años del partido de Argentina ante Inglaterra del Mundial de 86. Un duelo que muchos no vimos en vivo, pero, por lo que nos contaron nuestros viejos, fue el duelo más importante de la historia.
Nunca fue un partido más…