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La magia no se pierde nunca, la categoría no tiene fecha de vencimiento, la jerarquía no caduca hasta el final de los días de un jugador… Y sino que lo diga el interminable CuauhtémocBlanco.
En el partido de Leyendas de América y Cruz Azul, en el adiós definitivo al Estadio Azul que será demolido, el eterno 10 azulcremaclavó un golazo sobre el final para sentenciar el 1-3.
Le llegó la asistencia desde la derecha y el exofensivo, ya muy cansado en el minuto 90, observó al portero cementero adelantado y se la clavó por arriba con una vaselina digna de sus mejores épocas.
A pesar de que la mayoría de la multitud era celeste, igualmente el flamante gobernador de Morelos se retiró ovacionado de la cancha y con justa causa. Para ponerlo en un cuadrito…