Puebla y Santos protagonizaron un gran partido como insólito, dónde los errores de uno y otro equipo, sumado al VAR, se juntaron para culminar una noche distinta.
Sin embargo, el que lo sufre más que nadie es Guillermo Almada, entrenador de Santos Laguna. Cuando su equipo estaba 1-0 en el marcador, la barrera compuesta por Furch y Dória se abrió dejando paso al balón que terminó al fondo del arco.
A pesar de que la visita pudo ponerse en ventaja nuevamente y lo pudo haber liquidado, se encontró con el arquero rival y, después, el empate sobre el final.
“Errores infantiles nos cuestan el resultado. Teníamos el partido controlado y lo podríamos haber liquidado”, comenzó diciendo elentrenador de Los Guerreros. Luego, agregó: “Me voy con un mal sabor de boca, los errores defensivos nos costaron muy caro. Tenemos una gran falta de contundencia”.
La jugada más polémica de la noche se vivió en el final cuando, en la jugada previa al gol del empate, Jonathan Orozco recibió una clara falta que el silbante no revisó.
“En cualquier gol se revisa si hay falta, y en esa jugada hubo una falta clarísima. A veces no se entienden esas cosas”, enfatizó el uruguayo.
Igualmente, no quiere excusas del resultado final: “No quiero escudarme en nadie, nuestros propios errores nos perjudicaron”, culminó.