El mundial de Brasil vivirá por siempre en el corazón del pueblo argentino. Para los que no disfrutaron del 78, tampoco del 86 o el 90, lo que pasó en el 2014 fue lo más cercano a eso. Estuvimos a sólo unos centímetros de la gloria eterna. Lamentablemente, Gonzalo Higuaín, Rodrigo Palacio y Lionel Messi no pudieron convertir en la final y la Selección Argentina terminó perdiendo por la mínima ante Alemania.

Hoy, más de 4 años después, Ezequiel Lavezzi, quien fue titular en ese duelo, dialogó con la página oficial de la Selección Argentina y recordó todo: “Nunca volví a ver la final ni quiero hacerlo tampoco.Fue una etapa hermosa, más allá de que no pudimos ganar el Mundial. Uno se queda con la experiencia de haber jugado en la Selección y de haber podido estar en una final del mundo. Cualquier chico, cualquier futbolista sueña con estar ahí y no son muchos los que pudieron hacerlo. Y a mí eso me llena de orgullo, me siento un privilegiado”.

Además, también recordó cómo vivió esas horas antes de salir al campo de juego en el Maracaná: “Me acuerdo que no sufrí la previa, sí me dormí un poco tarde porque los brasileños no paraban de tirar bombas. Me levanté tipo 8 de la mañana, tomé unos mates con los chicos y cuando fuimos a hacer el reconocimiento del campo fue algo increíble. Sabía que nunca más en la vida iba a vivir una cosa así y lo disfruté de tal manera”.

Cuando le preguntaron qué tiene de especial la Selección, recordó el sacrificio que se hace para estar presente: “En la Selección tenés la responsabilidad de representar a un país. En los clubes uno vive el día a día, pero acá es diferente: haces 15 horas de vuelo para llegar entrenarte y al otro día ya tenés que jugar, cuando es un amistoso o fecha FIFA. No dormís bien a la noche porque hay que pegar la vuelta a cualquier hora, y a partir de ahí haces otras 15 horas de viaje para llegar al club”.

Por último, el Pocho contó cuál fue el gol que más gritó: “Gritamos mucho el de Fideo (Di María) con Suiza. Yo ya había salido, y cuando hizo el gol fuimos corriendo con todos los suplentes hasta la otra punta de la cancha a abrazarlo. Fue un partido muy duro, que lo ganamos en tiempo suplementario. Después el de Pipa (Higuaín) contra Bélgica también fue tremendo porque sentimos que nos habíamos sacado un peso de encima. Hacía mucho que Argentina no podía pasar los cuartos de final y eso para nosotros fue importantísimo”.