Fue una de las imágenes del día en Brasil. Neymar, como si fuera un niño, se deja abrazar por Casemiro, como si fuera un padre.
Son días difíciles para el crack del PSG, justo en la previa de la disputa de una Copa América en su país, en la que quiere sacarse la espina que lleva clavada desde el Mundial 2014.
La denuncia que recibió por violación ha cambiado el eje de las noticias, ha convertido los entrenamientos del seleccionado en escenario policial y a Neymar en presa de la prensa más encarnizada.
Dicen, en Brasil, que el crack se quebró en un diálogo privado que mantuvo con el entrenador Tite, siempre asegurando su inocencia.
Desde la Confederación Brasileña no han salido a apoyarlo tanto como sus compañeros; incluso su vicepresidente opinó que Ney debería desistir de jugar la competición continental.