El arbitraje argentino sigue atravesando un momento realmente negativo. Luego de un mal desempeño de Mauro Vigliano en el duelo entre Racing y Tigre, la tendencia continuó en el Estadio Monumental.
Allí, por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Superliga, un necesitado River Plate recibió a Atlético Tucumán con la misión de revertir la dura derrota por 3-0 sufrida en condición de visitante.
En ese contexto, el primero en pegar fue el equipo de Marcelo Gallardo, que se despachó con un golazo obra de Ignacio Fernández. Y, minutos después, pudo contar con un penal que no fue sancionado.
Es que un defensor de Atléico Tucumán saltó de forma evidente con el brazo extendido e impactó el esférico con la mano. Sin embargo, Ariel Penella dejó pasar y no cobró la pena máxima.