Nadie estaba preparado para la llegada del coronavirus. La pandemia que puso al mundo en estado de alerta sigue generando daño físico y material por doquier.
La economía de todos los países se vio completamente afectada por la necesidad de resguardarnos en nuestros hogares buscando evitar el contagio.
Por eso, todos ya comenzaron a pensar cómo recomponerse una vez que la cosa se arranque a normalizar. Y dentro de esa bolsa están los dirigentes del fútbol argentino.
Los más influyentes se convocaron para planear una forma de surfear la crisis y las primeras ideasue surgierongenerarán polémica por demás.
¿En resúmen? La posibilidad de que no haya descensos hasta 2022, pero si ascensos. Además, de una vez por todas, la desaparición de los promedios.
Claro, todo esto son borradores. En unos días se comunicarían otra vez, ahora con representantes de todos los clubes de Primera. Y recién a mediados de mayo (si es que la cuarentena ya terminó) habría una Asamblea para hacer oficial cualquier cambio.
Este año se buscaría terminar con la Copa de la Superliga que ya comenzó, y subirían dos equipos de la Primera Nacional antes de que comience el segundo semestre.El año siguiente se modificaría el calendario de febrero a diciembre, y se podrían jugar tanto dos torneos cortos como uno largo. A fines de 2021, dos equipos más se sumarían a la máxima categoría, pero sin que baje ninguno, quedando 28 en total.
En 2022 aparecería una tabla general que reemplazaría a los promedios, para volver a normalizar la actividad y que varios equipos (no se sabe cuántos) bajen a la B. Veremos…