Lanzando una auténtica bomba que generó una gran repercusión en el mundo fútbol, Lucas Torreira, deportista uruguayo que se encuentra llevando a cabo su carrera profesional en el Viejo Continente desde joven, exteriorizó hace unas semanas su deseo de jugar en nada más ni nada menos que en Boca.

Quedando asentado el anhelo del protagonista, la institución Xeneize no tardó mucho en ponerse manos a la obra para intentar darle vida al fichaje en cuestión. En las últimas horas, en diálogo con Perfil Bulos, el hombre del Arsenal volvió a dejar en claro algunos de los motivos por los que quiere desempeñarse en el Xeneie.

Dejando al desnudo su deseo genuino de poder tener un pequeño cambio de aire y llegar al fútbol argentino, Torreira marcó: “Quiero estar cerca de mi familia, sobre todo acompañar a mi papá, el que más está sufriendo por la muerte de mi mamá.Son dos temporadas aquí en Europa en las que no lo estoy pasando muy bien.Siempre intento estar con una sonrisa. piensan que está todo bien pero no es así”.

Por otra parte, saltando de tema y haciendo una mención especial al vínculo que lo une con nada más ni nada menos que Juan Román Riquelme, Torreira confesó que se mantiene en contacto con el ídolo de Boca. “Siempre nos escribimos. Después del partido con Santos le escribí para mimarlo un poco por el momento que estaba pasando, porque no es fácil perder una semifinal. Siempre permanecemos en contacto y después de la última entrevista que dí se comunicó conmigo para agradecerme por haber hablado bien de Boca y para estar presente en el momento que yo estaba”, afirmó.

+ El amor de Torreira por Boca:

Luego de confirmar su deseo de jugar en Boca, Torreira, entre otras cosas, confirmó que su amor por el Xeneize nació cuando él era joven. Rememorando la época en la que en su casa se veía fútbol argentino de forma constante, Lucas manifestó: “En casa siempre hubo fútbol, y en Uruguay se consumen los programas argentinos. Siempre miré a Boca desde chiquito, recuerdo estar llorando en la cama con mi padre durante la despedida de Palermo, el último partido de Román, la vuelta de Tevez…”.