Estructura, dinero y financiación. Así es el camino con el que los deportistas de Estados Unidos cuentan para su desarrollo. Llegar a un Juego Olímpico es una batalla ciclópea. Para algunos, algo así como una carnicería deportiva, una trituradora en pos de un objetivo: ganar, ganar, ganar. Con ese axioma, los atletas estadounidenses suelen acceder al pináculo de sus disciplinas deportivas.

Los más de 600 atletas de Estados Unidos viajaron a Japón con la premisa de ganar y contaron con un incentivo digno de admirar y, por qué no, de envidiar. Por ello, en sintonía con esa búsqueda de ganar siempre es que el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC) ofrece importantes sumas de dinero como retribución a quienes alcancen el éxito. En este Juego, se quedó con el primer lugar en el podio al lograr 39 medallas de oro, 41 de plata y 33 de bronce.

En el caso de Tokio 2020, el USOPC desarrolló y diagramó la Operation Gold (’Operación Oro’), una iniciativa que inició en 2017 destinado a los atletas olímpicos estadounidenses que alcanen el podio. Por ello, reciben pagos de 37.500 dólares por cada medalla de oro ganada, mientras que acceden a 22.500 por las de plata y 15.000 por los bronces. Los pozos se reparten equitativamente entre cada miembro en las competiciones por equipos.

Uno de los más beneficiados fue Caeleb Dressel, uno de los grandes ganadores al sumar cinco medallas de oro. Otros atletas también consiguieron múltiples medallas como Katie Ledecky, Sunisa Lee, Ryan Murphy y Michael Andrew, entre otros, sumaron una buena suma de dólares. De acuerdo al plan de la USOPC, Dressel terminó ganando 131.250 dólares únicamente por las cinco medallas que logró conquistar en Tokio 2020, ya que obtuvo tres de forma individual y dos de manera conjunta con sus compañeros del equipo de natación.

Katie Ledecky, de Estados Unidos (Getty Images)

Y desde octubre de 2016, la legislación de Estados Unidos garantizó que los atletas también se queden con el 100% de sus ganancias. Ese año, el Congreso rechazó un llamado “impuesto a la victoria” que previamente reconocía el dinero del premio como ingreso del trabajo imponible. Aunque también hay atletas olímpicos que reportan ingresos brutos de más de USD 1.000.000 al año y lógicamente sus otros ingresos sí están sujetos a este impuesto.

La Operación Oro, sin embargo, no impone a Estados Unidos como la nación que más le paga a sus atletas. Según un informe de CNBC, Singapur ofrece un millón de dólares singapurenses por cada medalla de oro individual, lo que equivale a casi 750.000 dólares. Los ganadores de la medalla de plata obtienen alrededor de 369.000 y los de bronce embolsan 184.000. En Singapur sí existe un límite de una medalla de oro y ese dinero si está sujeto a impuestos. Incluso, el atleta debe devolver al menos el 20% del dinero a su asociación deportiva nacional para futuros entrenamientos.

Mientras que los medallistas de países como Kazajstán y Malasia ganan alrededor de 250.000 dólares por cada dorada. Y en Japón, el país anfitrión de los Juegos Olímpicos, se les otorga a los atletas que terminan en el podio unos 45.000 por el oro, 18.000 por la plata y 9.000 por el bronce.