Fue el pasado viernes 16 de julio que se dio a conocer que Julius Sekitoleko, levantador de pesas de la delegación de Uganda para los Juegos Olímpicos, había desaparecido de su hotel. Ahora aparecen los primeros rastros del deportista africano, con una presunta nota que dejaba clara su intención de buscar una nueva vida en Japón.
Julius Sekitoleko disparó las alarmas de Tokio 2020 el pasado viernes. El especialista en halterofilia de la delegación de Uganda para los Juegos Olímpicos no se presentó a los testeos de rutina de COVID-19. Luego, este no fue hallado por el personal protocolar del gran evento en la habitación del hotel.
A casi 3 días de lo ocurrido, aún no hay pistas sobre el paradero del atleta de 20 años. Sin embargo, se ha dado a conocer por medio de fuentes locales que Sekitoleko dejó una pequeña nota, que dio por hecho que el atleta se fugó del hotel. "Quiero trabajar en Japón" decía el mensaje del deportista ugandés.
Complicada situación en Uganda
La nota dejada por Julius Sekitoleko da a entender que el viaje a los Juegos Olímpicos fue una oportunidad para el deportista de salir de Uganda, el país número 25 en los índices de pobreza del Fondo Monetario Internacional (FMI). Con apoyo de fuentes policiales, la agencia de noticias, Kyodo reveló que el levantador de pesas compró un boleto de tren bala hacia Nagoya, a unos 200 kilómetros de Tokio.
Esta no es la primera ocasión en la que un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos es usado por algunos deportistas provenientes de países pobres o en conflicto para escapar y buscar una mejor vida. En Juegos de la Commonwealth 2018, fueron cientos de atletas que solicitaron asilo al gobierno australiano, siendo uno de los casos similares más recientes.