Retirado desde mediados de 2017 cuando se cayó sobre la pista del estadio olímpico de Londres y enmudeció al mundo entero, Usain Bolt mantiene todas y cada una de sus aristas que lo elevan como uno de los máximos exponentes deportivos de todos los tiempos.

Vigente récord mundial de 100 (9,58s) y 200 metros (19,19s), el jamaiquino de 36 años (21 de agosto de 1986) siempre buscó divertirse fuera de las pistas. Showman dentro y fuera de las pistas, sin que eso empañe su eficacia al momento de correr y competir, el ganador de once títulos mundiales y ocho medallas de oro olímpicas probó con el fútbol. Primero, con una prueba en el Manchester United que derivó en un paso raudo y silencioso en el Central Coast Mariners, de Australia, y en el Stromdgodset, de Noruega.

Con una fortuna superior a los 35 millones de dólares admitió hace un tiempo que en sus inicios tuvo algunos problemas para controlar los gastos y evitar gastar todo su capital. “Cuando comencé a subir, gasté un poco más de lo que quería”, asumió Bolt quien afirmó que sus compañeros de equipo fueron la clave para formarse en la gestión de su dinero. “Realmente son los que me han ayudado a entender cómo debería ahorrar”.

Bolt y su típica imagen posando en un evento de una de sus marcas patrocinantes (Getty)

La principal lección para El Rayo jamaicano fue tratar de reservar la mitad de lo que ganaba para así seguir creciendo. Con ese aprendizaje, Bolt bajó su perfil y volvió a las raíces con los afectos más cercanos con la misión de alejarle a cualquier recién arribado que buscara sacar un rédito. En sintonía con el perfil bajo en cuanto al derroche de dinero, Bolt se estableció alianzas con importantes marcas para convertirse en la imagen de por vida como sucede con la firma deportiva Puma con la que firmó un contrato vitalicio. Otros ejemplos que le dejan ingresos suntuosos son Hublot (relojes), Allianz (seguros), SpringRay (odontología), Epson (Impresoras), Ava Trade (Broker), Peloton (Fitness) y Virgin Media (comunicación).

Sin embargo, el gran anhelo boltiano es adoptar una imagen similar a la que ejecutó desde siempre Michael Jordan, quien construyó un imperio detrás de su figura que le genera importantes regalías. Ese es el faro de Bolt, hacía allí conduce sus finanzas y su economía. Por ello, se presentó en el registro de la Oficina de Patentes y Marcar de Estados Unidos con un logo con su icónica pose de victoria. Además de ello, hizo lo mismo con su firma con la intención de proteger su imagen y protegerla para una futura explotación en productos como joyas, bolsas, perfumes, lentes de sol, zapatillas y un sinfín de artículos deportivos y sus posibilidades.

La última carrera de Bolt, en la posta 4×100 del Mundial 2017 (Getty)

En 2017, la marca de Bolt fue cancelada (estaba vigente desde 2009) en Estados Unidos dado que no presentó pruebas de que realmente se estuviera explotando la imagen para vender bienes dentro de aquel territorio.

Bolt es una industria en sí mismo y, a pesar de haberse retirado, las chimeneas de esa fábrica jamaicana siguen tan humeantes como antes.

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