Este viernes, Barcelona, el único líder que tiene la máxima categoría del fútbol español, realizó una visita de riesgo a Sevilla, uno de los integrantes del segundo pelotón.

Paralelamente, Lionel Messi llegó al estadio Ramón Sánchez Pizjuán con el objetivo de alcanzar su gol número 700. Pero la situación no se presentó tan sencilla.

Si bien el astro argentino contó con un par de tiros libres interesantes para anotar, lo cierto es que el primer tiempo fue muy duro, con un rival que aplicó pierna fuerte.

De hecho, una acción cortada con falta por los anfitriones desató la bronca del jugador sudamericano que pronto cumplirá los 33 años de edad.

Diego Carlos, defensor de Sevilla, castigó a Luis Suárez, compañero y amigo de Messi. Por ello, el argentino reaccionó exponiendo toda su furia.

¿Qué sucedió? Messi empujó al defensor, que terminó tirado en el piso durante un largo rato. Sin embargo, la Pulga no vio ni siquiera la tarjeta amarilla.