Por algo amamos tanto el fútbol. Un deporte en el que un encuentro, en un abrir y cerrar de ojos, puede cambiar su rumbo por completo.
Miren sino lo que pasó en el duelo entre Tottenham y Arsenal por una nueva jornada de la Premier League de Inglaterra.
El clásico de Londres comenzó con un gol infernal de Erik Lamela: de rabona la clavó contra un palo para el 1-0 parcial.
+La roja a Erik:
Parecía ser el día soñado del argentino, pero todo se derrumbó: primero el empate de Odegaard, luego el gol de penal de Lacazette.
¿Lo peor de todo? A 15 minutos del final el atacante vio la tarjeta roja y terminó el duelo guardado en el vestuario.
Que mal…