En Anfield, el ambiente para la vuelta de la semifinal entre Liverpool y Barcelona contagió a los jugadores desde el arranque.

En una de las primeras jugadas del partido, Lionel Messi se escapó a toda velocidad, pero perdió el balón y terminó en el piso en la puerta del área.

Por la caída del Diez, Andrew Robertson se tropezó con él y le pegó en todas lados; casi que le pisó la cabeza. Además, el escocés le empujó la cabeza cuando estaba en el piso.

Ahí, Messi le tomó el número y lo fue a buscar en la mitad de cancha, donde le devolvió el golpe.

¡Así empezó el partido!