Barcelona dominó todo el primer tiempo frente a Athletic Bilbao, en el marco de la gran final de la Copa del Rey. Sin embargo, su abrumadora supremacía en la posesión de la pelota no le permitió sacar diferencias en ese período inicial. La falta de eficacia de los de Ronald Koeman derivó en que el descanso llegara con un rotundo 0-0 en el marcador.
Por ello, los catalanes salieron a jugar la etapa complementaria con muchas ambiciones de doblegar a su contrincante de turno y poder quedarse con un nuevo título. Igualmente, lo cierto es que esa falta de profundidad y también de efectividad generó que el primer tramo de ese período final fuera similar al primer tiempo.
Pero, cuando transcurrían jugados 15 minutos del segundo tiempo, Antoine Griezmann, que minutos antes había desaprovechado una situación inmejorable para abrir la cuenta, terminó rompiendo con la monotonía, doblegando a la escuadra vasca y estampando el 1-0 parcial de Barcelona, que se merecía ponerse en ventaja en la Copa del Rey.
Luego de una muy buena jugada colectiva que incluyó un gran pase de Lionel Messi para Frenkie de Jong, el mediocampista holandés asistió de excelente manera al atacante francés, que no tuvo que esforzarse demasiado para abrir la cuenta en favor de Barcelona, que luego jugó con mucha mayor tranquilidad contra Bilbao.