Todavía estamos temblando, con la piel de gallina. Lionel Messi fue el responsable de que volvamos a llorar la muerte del Diego.

El crack del Barcelona estuvo a la altura. El partido ante Osasuna se terminaba y todos queríamos su gol para festejar junto a él.

Y claro, él también lo quería. La agarró afuera del área, se acomodó y clavó un golazo al ángulo para el 4-0 parcial.

Cuando todos sus compañeros se habían alejado, con mucha calma, se sacó la camiseta que tenía puesta y mostró otra.

La de Newell’s. No cualquiera. La que Maradona usó en el conjunto de Rosario. La mejor amarilla que el argentino recibió en su vida.