Ya estamos mal acostumbrados: cada vez que escuchamos que Zlatan Ibrahimovic anotó un gol, pensamos en algo épico.

Tiene sentido, ya que la mayoría de los goles del delantero vienen acompañados de lujos o alguna pirueta que solo él puede hacer.

Pero claro, es un profesional con todas las letras, y sabe que lo más importante en el fútbol es sumar en el marcador, sea como sea.

Por eso, cuando tiene la chance de marca empujando la pelota debajo del arco, también lo hace, como sucedió ante Crotone.

Fue el 2-0 parcial de lo que terminó en goleada 4-0 para que el Milan siga siendo bien puntero de la Serie A, dos unidades por encima del Inter.

¿Los números del sueco? 501 goles en partidos oficiales a nivel clubes. Tremendo.