En el partido de ida desarrollado en el Camp Nou, Lionel Messi brindó un auténtico concierto y Barcelona se impuso por 3-0 frente a Liverpool, por las semifinales de la UEFA Champions League.

Como consecuencia, todo hacía parecer que la serie estaba completamente resuesta. Para colmo, los de Jürgen Klopp arribaron al partido de vuelta sin Mohamed Salah y Roberto Firmino, lesionados.

Pero al elenco inglés le gustan los milagros y las proezas y lo volvió a dejar en claro: con el apoyo de su público incondicional se impuso por 4-0 y avanzó a la final del certamen continental.

En esta ocasión, el astro argentino no pudo repetir su buen rendimiento y Barcelona lo sintió. Los catalanes no encontraron el camino en ningún momento y se quedaron con las manos vacías.

Por ello, una vez culminada la paliza de Liverpool sobre Barcelona, las cámaras enfocaron a Messi y éste no pudo ocultar su fastidio absoluto por una nueva eliminación de su equipo.