Da la sensación de que todo salió según el plan, aunque tal vez un poco antes de lo que hubiera deseado. Tras jugar diez años con el Arsenal inglés, integrando una de las mejores plantillas de la historia del club, Tomas Rosicky regresó al Sparta Praga de sus amores. Pero las lesiones, que ya habían atentado contra su vuelo, le permitieron disputar tan solo un puñado de partidos.
Consciente de las limitaciones que le impuso el físico en un fútbol cada vez más exigente, el checo decidió anunciar su retiro, con 37 años.“Sabía a lo que venía. Fue cada vez más duro prepararme para jugar un partido. Mi mente quería jugar, pero mi cuerpo lo rechazaba”, dijo en la conferencia de prensa que tuvo lugar en la bella Praga.
Y si la velocidad mental le permitía todavía dar pelea contra los atletas del futuro, Rosicky decidió que era el momento de decir adiós cuando también su cabeza comenzó a sentir el desgaste:“Recientemente mi cabeza también dejó de esforzarse de esa manera. Tuve una gran carrera en el fútbol. Amo el fúbol y definitivamente volvería a ser futbolista”.
Siempre al servicio de su selección, con la que disputóun total de 105 partidos y anotó 23 goles, el checo repartió sus 19 años de carrera entre Borussia Dortmund, Arsenal y SpartaPraga, club donde todo comenzó y en ql que también decidió despedirse.