Después de hacer uno de los mejores partidos de su historia ante Argentina, en su debut histórico en los Mundiales, Islandia no lo pudo repetir ante Nigeria.

En un encuentro con muchos errores, se les sumó el penal fallado de Gylfi Sigurdsson: el Diez, ese que nunca puede errar en el conjunto nórdico, tuvo su peor partido.

El atacante mandó a las nubes su remate desde los doce pasos, cuando Islandia perdía 0-2 y era posible una remontada heroica.