El Derbi Madrileño llegó por la fecha 23 de LaLiga bajo la controversia que se desató en la semana por el reclamo que el Real Madrid elevó a la Real Federación Española de Fútbol al sentirse perjudicado por los arbitrajes en el campeonato de la primera división. Sobre todo, por lo que fue el planchazo de Carlos Serrano a Kylian Mbappé en el Estadio Cornellá.
Desde entonces empezó una guerra tanto mediática como en los escritorios entre, por un lado, la Casa Blanca, y por el otro, la entidad que regula el fútbol del país ibérico y casi todo el resto de los clubes inscritos. Entre ellos, el Atlético de Madrid, quien aprovechó la antesala del derbi número 300 para echar leña al fuego mediante sus canales oficiales, cuestionando el proceder de su vecino y eterno rival merengue.
En efecto, en el ambiente del Santiago Bernabéu se respiraba tensión pura, la cual se potenció con la decisión de César Soto Grado de otorgarle un penalti al Atleti por un pisotón de Aurelién Tchoauméni a Samuel Lino cuando se disputaban 33 minutos de la primera parte.
Tras revisarlo en el VAR, el juez de campo no dudó y concedió la pena máxima para el elenco de Diego Simeone (la responsabilidad la tomó Julián Álvarez, quien no se intimidó ante la inmensa figura de Thibaut Courtois y anotó el 1 a 0 para la visita), detonando así el repudio generalizado de los presentes madridistas en el Santiago Bernabéu.
Enseguida se escuchó desde los cuatro costados del recinto blanco el ”corrupción de la federación”, grito de guerra típico con el que las aficiones españolas marcan su enfado con el proceder del cuerpo arbitral.
El penalti fue bien cobrado
Tras la repetición que tuvo a su disposición César Soto Grado se pudo comprobar que el penalti fue claro. Aurelién Tchouaméni llega a destiempo y pisa en el tobillo a Samuel Lino. Incluso, el futbolista francés del Real Madrid debió haber sido, como mínimo, amonestado. Sin embargo, el colegiado solo cobró el disparo desde los 12 pasos.
