El primer Grand Slam del año se disputa en Australia. En tiempos de calor asfixiante, año a año, las imágenes de jugadores colapsados se convirtieron en evidencias cada vez más frecuentes. Cambio climático de por medio, las altísimas temperaturas se tornaron abrasivas y peligrosas para la práctica deportiva. Mucho más para los deportes de alto rendimiento, claro.

El Abierto de Australia cuenta con tres canchas con techo retráctil y aire acondicionado. Por ello, jugar en las canchas principales implica más público, pero medido por un ambiente agradable para correr detrás de la pelotita de tenis. Se trata de los estadios Rod Laver Arena, Margaret Court Arena y John Cain Arena.

“La escala de estrés por calor del AO ha llegado a 5 y la acción se suspende en las canchas exteriores. Esto significa que el juego continúa hasta el final del game o hasta la finalización de un desempate. No se llamarán nuevos partidos a la cancha. También se suspende el juego en las canchas de práctica al aire libre”, explicaron desde las redes sociales oficiales del torneo.

Esta regla, que se reformó varias veces con el correr del tiempo, se aplicó por primera vez en 1993. Ahora, desde 2019, el Grand Slam introdujo una “regla de calor extremo” en 2019 como resultado de la investigación realizada en torno a los efectos del estrés por calor en los jugadores de tenis.

Una investigación los llevó a la implementación de la Escala de Estrés por Calor que puede ayudar a los organizadores del torneo a concluir si es seguro o no continuar con un partido ante el calor extremo.

“La Escala de Estrés Térmico del AO va del uno al cinco, con recomendaciones específicas asociadas a cada escalón de la escala: el uno denota condiciones de juego templadas y el cinco la suspensión del juego”, declaró el Director del torneo, Craig Tiley.

Los 5 índices para medir el estrés:

  1. Templar las condiciones de juego
  2. Aumentar la hidratación
  3. Aplicar estrategias de enfriamiento
  4. Pausas prolongadas
  5. Suspensión del juego

Los cuatro elementos principales que determinan los resultados en la escala son la temperatura del aire, el calor radiante, la humedad y la velocidad del viento. Por su parte, la Dra. Carolyn Broderick, Jefa Médica de Tennis Australia, explicó que “la Escala de Estrés Térmico del AO aprovecha las últimas investigaciones médicas sobre los efectos del calor en el cuerpo humano, incluido el estrés térmico máximo que un atleta puede soportar sin peligro, la tasa de sudoración de esa persona y su temperatura central”.

Por ejemplo, el árbitro del torneo puede permitir una pausa prolongada entre el segundo y el tercer set en los partidos femeninos cuando la puntuación en la Escala de Estrés Térmico sea de cuatro. Para los hombres, esta pausa de 10 minutos se aplicará después del tercer set si se registra un “cuatro” en la EET antes o durante los dos primeros sets de la competición.

Sin embargo, si se registra un cinco en la EET, el árbitro puede decidir posponer el comienzo de los partidos en pistas exteriores. Fue el caso del argentino Diego Schwartzman, quien estaba jugando ante el ucraniano Oleksii Krutykh y el árbitro postergó el encuentro por la regla de calor extremo. No fue el único caso, por supuesto.

La actual forma de suspender un partido está vigente desde que Novak Djokovic y Gael Monfils se enfrentaron en el Abierto de Australia de 2018 bajo condiciones abrasadoras que llevaron a ambos tenistas a expresar su preocupación por las políticas del torneo. Aquella vez, Djokovic sostuvo: “Creo que hay ciertos días en los que simplemente tienes que, como supervisor del torneo, reconocer que es posible que necesites dar a los jugadores algunas horas extra hasta que baje. Hay un límite, y es un nivel de, supongo, tolerancia entre estar en forma y estar, creo, en peligro en términos de salud”.