Hubo un tiempo en el que en el mundo del tenis un nombre rompía moldes y agitaba el protocolo: Ilie Nastase. El rumano, nacido en Bucarest en 1946, no solo fue uno de los mejores tenistas del planeta durante la década de 1970, sino también una figura tan controversial como talentosa, que convirtió las canchas en escenarios de espectáculo, irreverencia y magia.
Apodado “Nasty” por su carácter explosivo y su estilo provocador, Nastase fue el primer número uno del ranking ATP cuando se instauró oficialmente en 1973. Pero su legado va mucho más allá de una estadística. Ganó 58 títulos individuales, incluidos dos Grand Slams: el US Open en 1972 y Roland Garros en 1973.
Además, fue finalista de Wimbledon en dos ocasiones y uno de los primeros verdaderos “showman” del tenis moderno, capaz de alternar golpes imposibles con bromas al público, protestas a los árbitros y duelos psicológicos con sus rivales.
Ilie Nastase, uno de los tenistas mas talentosos de la historia (Getty)
Su carrera coincidió con una época de grandes figuras —como Björn Borg, Jimmy Connors y John McEnroe—, pero Nastase siempre logró destacarse por su estilo imprevisible. Era un artista con raqueta, con un talento natural que contrastaba con su escasa paciencia y su habitual indisciplina. Su actitud le valió sanciones, críticas y también una legión de fanáticos que lo idolatraban por ser distinto.
Su estilo era impredecible y brillante. La revista TENNIS lo describió como “el talento natural más puro” del deporte. El Salón de la Fama del Tenis lo elogió por ser el primer jugador en dominar el globo liftado por ambos lados.
Tras retirarse en 1985, Nastase incursionó en la política y hasta fue designado como embajador deportivo de Rumania. También participó en la Copa Davis como capitán del equipo rumano. Sin embargo, sus apariciones públicas han seguido marcadas por polémicas, especialmente por comentarios considerados misóginos o racistas, que empañaron parte de su legado.
También apodado “el Bufón de Bucarest”, Nastase era conocido por sus exabruptos y comportamiento polémico. Desde insultos a árbitros hasta comentarios racistas, su historial incluye múltiples suspensiones y multas. En 2017, fue sancionado por la Federación Internacional de Tenis tras una serie de incidentes durante un partido de la Copa Davis.
Allí, siendo capitán del equipo rumano, insultó a Johanna Konta, jugadora británica que terminó llorando desconsolada, y también a la capitana del equipo Anne Keothavong.
Más mujeres que trofeos
Nastase admitió en su biografía haber tenido relaciones con más de 2.500 mujeres. Su vida amorosa fue tan intensa como su carrera deportiva, con cinco matrimonios y numerosas aventuras. En una ocasión, abandonó una semifinal de dobles en el US Open para seguir a una mujer que había conocido en las gradas.
Fue en el torneo de dobles en Flushing Meadows en 1971, cuando vio en la tribuna a una chica de 21 años que lo enamoró. La joven era de Bruselas y su nombre era Dominique Grazia. Tal fue el enamoramiento de Nastase que decidió viajar a Europa cuando ella se fue, abandonando a su pareja de dobles, Rosie Casals.
Un año más tarde, el rumano se casó con Grazia, con quien tuvo una hija, y ese matrimonio iba a durar 10 años hasta su separación en 1982.
El rumano junto al argentino Guillermo Vilas, otra leyenda del tenis (Getty).
Críticas a Djokovic y elogios a Federer
Fiel a su estilo provocador, Nastase minimizó los logros nada menos que de Novak Djokovic, afirmando que será olvidado a pesar de sus 23 títulos de Grand Slam. En contraste, elogió a Roger Federer por su estilo de juego único y su capacidad para emocionar al público.
“Djokovic, pese a sus 23 Grand Slams, será olvidado como todos los demás. Solo podemos sentarnos y mirar sus récords cuando abrimos el periódico, pero no podemos olvidarnos de Nadal, o de Federer porque se haya retirado. El turno de Djokovic llegará también”, aseveró sin tapujos a mediados de 2023 en una entrevista con Gazeta Sporturilor.
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Su legado en la pantalla
En 2024, se estrenó en el Festival de Cannes el documental Nasty, que repasa la vida y carrera de Năstase. La película destaca tanto sus logros deportivos como sus controversias, ofreciendo una visión completa de una figura que marcó una era en el tenis.
