Los Grand Slam son los torneos anuales más importantes que tiene el tenis. Cada uno de ellos tiene una característica que lo hace más dificultoso. En Roland Garros es el polvo de ladrillo, en Estados Unidos el ruido del público, en Wimbledon el césped y en Australia el calor.
El Australian Open es un Grand Slam que sufrió muchas mudanzas a lo largo de los años, hasta asentarse definitivamente en el Melbourne Park. Desde 1972 hasta 1988 se jugó en el Kooyong Park de Melbourne y la superficie del torneo era el pasto. En ese período, hubo un solo tenista que logró conquistar el certamen en ambas superficies: el sueco Mats Wilander.
Suecia es un país que le ha aportado mucho a la escena del tenis a lo largo de los años. Del país escandinavo surgieron leyendas como Björn Borg, Stefan Edberg, Thomas Enqvist y el mismo Wilander. Todos han sabido destacarse tanto en pistas rápidas y lentas.
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Esto se debe a la capacidad de adaptación de los suecos gracias a las bajas temperaturas invernales. Durante el verano podían entrenar en pistas de polvo de ladrillo, al aire libre, y en el invierno, lo hacían en pistas cerradas, generalmente de cemento.
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Versátil y ganador:
Wilander fue un claro exponente de la versatilidad sueca. Conquistó en tres ocasiones el Abierto de Australia, la misma cantidad de veces Roland Garros y levantó un US Open. El grande que más se le complicaba era Wimbledon, donde lo más lejos que llegó fueron los cuartos de final en 1897 y 1989.
Su primer título en el calor australiano fue en 1983, en el aún Kooyong Park y sobre césped. En las semifinales derrotó a John McEnroe y en la final venció al checo Ivan Lendl por 6-1 6-4 6-4. Aunque ya sabía lo que era ganar un Grand Slam porque en 1982 se había coronado en Roland Garros.
Repetir:
Pero al año siguiente, 1984, iba a repetir el título en Australia. Esta vez, derrotando en la final al sudafricano Kevin Curren en cuatro parciales. Vale aclarar que en los cuartos de final había eliminado a su compatriota Stefan Edberg. En el ‘85, Edberg se cobró venganza en la final.
Con la mudanza de 1988 al Melbourne Park, llegó la pista dura y eso no fue un impedimento para que Wilander gane su tercer Australian Open. En el duelo final venció al australiano local Pat Cash en un partido emocionante que se definió en el quinto set. Como agregado, en la semifinal dejó en el camino a Edberg.
De esta forma, Mats Wilander se convirtió en el primer y único tenista de la historia en conquistar el Australian Open en dos superficies diferentes: césped y cemento. Además, en 1988 llegó a la cima del ranking ATP y también ganó Roland Garros y el US Open, quedando cerca del tan ansiado Grand Slam.
Fue uno de los mejores tenistas de la historia y formó parte del dominio sueco del tenis, también supo ganar para su país tres Copas Davis.