Este miércoles cinco de abril en Lisboa, la UEFA desarrolló su 47º Congreso para elegir, entre otras cuestiones a tratar, al nuevo presidente de la entidad. Bajo ese marco, Aleksander Čeferin disertó respecto a lo que fueron los años de su mandato, sin saltear la posibilidad de apuntarle una vez más al plan de la Superliga impulsado por algunas de las principales potencias del fútbol europeo.

"Nunca debemos olvidar lo hermoso que es el fútbol, cómo despierta nuestras emociones, cómo mantiene a cientos de millones de personas al borde de sus asientos, cómo define quiénes somos. El fútbol europeo es una historia de éxito única. Es un microcosmos de nuestra sociedad. Es una lección de vida. Y no tienes que mirar muy lejos para ver qué tan cierto es eso'', inició su discurso el directivo esloveno.

Y siguiendo por esa línea, Aleksander Čeferin se fue acercando hacia lo que quería apuntar respecto a la Superliga: "El fútbol europeo ya es global. Y aunque estamos cosechando los beneficios, también estamos pagando el precio. Ha habido tentaciones, e incluso intentos, de crear nuevos modelos, pero entran en conflicto con el modelo europeo que conocemos".

 

Aleksander Čeferin en el 47º Congreso Ordinario de la UEFA. UEFA.com

"En unos pocos meses, la llamada Superliga se ha convertido en un personaje de Caperucita Roja: un lobo disfrazado de abuela, listo para devorarte. ¿Pero alguien se engaña? El fútbol es el deporte del pueblo. Pertenece a todos los que han amado, aman y amarán el juego. De generación en generación", disparó Čeferin contra el plan promocionado por Barcelona, Real Madrid y Juventus, entre otros.

Para cerrar, el hasta ahora presidente de la UEFA, lanzó una frase que da lugar a pensar que sea un mensaje para otras federaciones: "Nuestro modelo se basa en el mérito deportivo. De donde venimos, el mérito no tiene precio. El mérito no se puede reclamar. No se puede adquirir. Solo se puede ganar. Temporada tras temporada. En y fuera de la cancha. No hay lugar para carteles en este continente. Nunca debemos olvidar que tenemos el deber de garantizar que los intereses del fútbol prevalezcan sobre los intereses privados de un puñado de personas privilegiadas".