Boca ya conoce a su próximo rival en los playoffs de la CONMEBOL Sudamericana 2024: enfrentará a Independiente del Valle entre las semanas del 17 y 24 de julio por un pase a los octavos de final, por lo que tanto el plantel como el cuerpo técnico y la dirigencia pusieron manos a la obra para preparar el cruce. Por supuesto, el Consejo quiere cumplir con su parte: traer refuerzos de jerarquía.

Los rumores de mercado desorientan, ilusionan y generan reacciones tanto negativas como positivas. Sin ir más lejos, el delantero chileno Carlos Palaciosvolvió a ser vinculado con una posible llegada al Xeneize y al atacante de Colo-Colo no le gustó nada.

Citando un portal informativo en Instagram, la “Joya” que hoy tiene a Jorge Almirón como entrenador en el Cacique volcó su bronca vía redes sociales con un posteo enfurecido: “Qué manera de inventar ustedes. Busquen verdades y no mentiras para tirarme a la gente en contra”.

Palacios sonó -muy fuerte- en Boca durante principios de 2024 y las negociaciones se extendieron hasta el cansancio. Incluyendo los resultados deportivos de Colo-Colo y el rendimiento del jugador, estos elementos desgastaron la relación entre el delantero con la hinchada, dando lugar a malos entendidos como el que acabamos de ver.

Por qué Carlos Palacios no llegó a Boca

Boca envío varias ofertas a Chile para quedarse con Carlos Palacios durante el primer mercado de pases de 2024, pero la operación nunca se concretó tras varios episodios de una novela que acaparó las miradas en La Ribera. Los motivos fueron varios:

  • Decisión personal: Según información del periodista Martín Costa, la negativa final provino del propio Palacios. Al parecer, la llegada estelar de Arturo Vidal al Cacique habría influido en su decisión en la búsqueda de pelear por títulos importantes.
  • Diferencias económicas: Las negociaciones entre ambos clubes no llegaron a buen puerto. Boca llegó a ofrecer hasta 4 millones de dólares por el pase, pero Colo Colo solo aceptaba la rescisión de 5 millones.
  • Derechos de formación: Si bien Colo Colo solo poseía el 20% del pase (el 80% restante pertenecía a Vasco da Gama), tenía los derechos formativos del jugador, lo que le permitió definir su futuro.