La curiosidad según la popular Wikipedia es un comportamiento instintivo natural que engendra la exploración, la investigación, y el aprendizaje. Todas cualidades muy necesarias a la hora de tomar la decisión de emigrar a un país del que con suerte escuchaste dos o tres veces en tu vida. Cualidades que sin lugar a dudas tiene Joaquín Ketlun, un joven arquero argentino que se divide entre el ascenso italiano y el futbol en Islandia.

Con apenas 25 años de edad, Joaquín nos abre las puertas de su casa en el pueblito Castelluccio, ubicado en la región de Potenza, para contar en una charla exclusiva con Bolavip Argentina su pasó por siete países distintos desde que se formó en las juveniles de All Boys, donde compartió plantel con jugadores como Jonathan Calleri, Leonel Di Placido o Nehuén Paz.

 

 

Si bien no llegó a debutar en el Albo, pudo impulsarse para llegar a la Reserva de un grande como Peñarol, en donde lo dirigió Paolo Montero: "En mi primer día jugamos un partido contra los titulares y nos retó porque no festejamos un gol, como si fuera un partido oficial. También nos hacía correr con canilleras. Era todo así para él", nos comentó riéndose, una acción que se repetirá varias veces durante la nota. Joaco demuestra ser un apasionado de todo lo que vivió.

Tras su breve, pero fructífero paso por Peñarol, el arquero de Buenos Aires anduvo por la Univerdad Católica de Chile para luego volver a vestir las camisetas de Argentinos y Estudiantes de Caseros. Pero no era suficiente: "Sentía la necesidad de irme. Como mi abuela es croata, me puse a estudiar para rendir la ciudadanía con la mente puesta en viajar". Y así fue, acá comenzó su eterna ruta de vida.

"Soy muy curioso, la verdad es esa", dice antes de admitir que “en parte uso el fútbol como una excusa. No tengo nada que me comprometa". Vale destacar que es soltero, fanático del Gato Sessa y licenciado en Administración de empresas. Algo muy destacable, ya que realizó la carrera de manera virtual y en siete países distintos.

Su primer destino fue Gibraltar, lugar por donde también estuvo Leo Incorvaia, quien hace poco contó a Bolavip Argentina su historia. Un país que le "encanto" por lo profesionalde los materiales y la espectacular cancha donde se juega: "Hay un solo estadio para todos los equipos, pero es increíble", cuenta.

Una zona de 30 mil habitantes, donde el aeropuerto internacional pasa por una de las avenidas principales y donde se cruza la frontera caminando con el pasaporte en la mano; "A veces ni te revisan", advierte Joaquín recordando que mucha gente pasa de España a Gibraltar para comprar ya que ahí todo es más barato, "es un paraíso fiscal para comprar celulares, chocolates y cosas así".

En cuanto al fútbol, admite que no le aburrió ya que "había siete argentinos y un uruguayo en el plantel", lo que generaba un vestuario muy sudamericano. Aunque también comenta que la mayor sorpresa no fue con la pelota, sino que fue ir caminando y que haya monos por todas partes.

Un tiempo después le tocó marcharse y llegar a lo que seguramente ya considera su segundo hogar: US Castelluccio. Este equipo lleva la misma denominación que un pueblito de 1500 habitantes y tuvo en Joaquín al primer argentino de su historia. Pero no el último: "Acá valoran mucho al jugador de Argentina. Creen que tenemos otra predisposición, les gusta como entrenamos y nuestra voluntad", comenta orgulloso de su logro.

Siendo el más "jodón" de este equipo, al que pertenece nuevamente tras su paso por Islandia, imaginen su cara al recordar cuando le ató los botines a todos sus compañeros, al punto que algunos ahora se bañan con los calzados en las manos. 

Sin embargo,no todo es chiste en la vida de Joaquín Ketlun, ya que pese a su corta edad ya abrió una escuela de arqueros.

 "Me gusta enseñar, pero sobre todo me gusta hacer felices a los chicos. Yo siempre les digo que si no vienen a divertirse no los dejo entrenar, ¡JA!", comenta antes de destacar que se influencia mucho por la habilidad de los arqueros alemanes o de Víctor Valdés, jugadores que muestra constantemente a sus chicos.

En cuanto al fútbol italiano de Ascenso, Ketlun admite "que es muy parecido al argentino. En cualquier categoría tenés alguien que te putea", y hasta comentó que sus padres se sorprenden por la cantidad de insultos que se escuchan, muchos de ellos en español. Y claro, hoy en día hay once argentinos en US Castelluccio.

Luego de estar en este acogedor pueblito, el arquero pasó al Lauria; un pueblo cercano de 15 mil habitantes y clásico rival de su anterior club. Algo que lo perjudicó un poco en su arribo, aunque terminó por adaptarse y admitir que "el fútbol acá es muy regional, los equipos son el pueblo. Es territorial y hasta diría que es más pasional que en Argentina".

Ya llegando al 2020, Joaquín cuenta que le llegó la oportunidad de jugar en Noruega y no lo dudó. Sin embargo, el comienzo de la pandemia por el COVID-19 y el cierre de actividades lo llevaron a huir a Londres. Lugar donde tampoco duró mucho, ya que ante el mismo motivo se marchó a Suecia, país donde estaba el Prespa Birlik, un equipo de la Segunda División que ya lo venía buscando.

De Noruega solo le quedó un recuerdo, insólito por lo cierto: "Era tanta la nieve que cada quince minutos había que parar la practica para que pase una barredora", comentó sorprendido, aunque jamás se esperaba que el destino lo llevaría a Islandia.

SUECIA Y SU "FAMA" POR ALBERTO FERNÁNDEZ

Viviendo en una realidad paralela, ya que cuenta que "jamás usé un barbijo o hice cuarentena", Joaquín se hizo popular en Suecia, pero no por el fútbol, sino por una frase de Alberto Fernández, presidente de Argentina, quien comparo al país con la nación donde estaba el entrevistado de esta semana: "Me llamaron de todos lados, salí en todos los canales habidos y por haber", cuenta sobre este momento.

En cuanto al fútbol sueco, encuentra una similitud con su próximo destino, y destaca que "físicamente son increíbles, muy fuertes. Pero les falta mejorar mucho en lo táctico". Un detalle no menor de su paso por la ciudad de Malmo es que vivía a una cuadra de la casa donde nació nada menos que Zlatan Ibrahimovic.

Finalmente, el destino depositó a Joaquín Ketlun en la increíble Islandia. Con tradiciones vikingas y una vida muy particular en cuanto a lo climatológico y la iluminación del sol, lo que más sorprendió al argentino es la "vida perfecta", donde todo funciona al 100% siempre, algo que a "la larga te enloquece un poco porque todo está bien en todo momento".

Sin ir más lejos, entre risas comentó que una vez se fue de gira tres días con su equipo y cuando volvió notó que había dejado la puerta abierta, pero nada le faltaba.

En este país jugó para el UMF Sindri y si bien le gustó el juego de su equipo, al punto que volverá cuando termine su temporada en Italia, lo más difícil es adaptarse al clima: "Hay partidos que jugamos con 50 km/h de viento, y además nieve, es muy difícil. Un día yo tenía la remera escarchada, me tiraba al piso y era un sufrimiento, mientras mis compañeros corrían para todos lados como si nada. Parecían Bolt", comenta entre risas.

En este lugar "donde todo parece haber salido de una ficción", el arquero argentino ha disfrutado rituales vikingos en el vestuario después de un partido y también supo aprender de una cultura totalmente diferente: "Es todo muy perfecto aca. Cada equipo tiene una cancha techada para el invierno y jugamos adentro. Es raro".

En este momento, Joaquín está en US Castelluccio ya que el torneo en Islandia dura solo seis meses y la otra parte del año se utiliza para entrenar. Esto le permite prácticamente estar jugando en dos equipos al mismo tiempo. Una locura que solo podría realizar alguien arriesgado, como bien dijo él; alguien curioso. Dispuesto a vivir un mundo que el fútbol sólo puede permitir.