Luchó. Corrió. Peleó cada pelota como si fuera la única. San Lorenzo jugó el partido como se tienen que jugar los clásicos. Con los dientes apretados, la cabeza fría y el corazón caliente. Por eso, ante un Huracán poco fino en la toma de decisiones, el Ciclón se quedó con el duelo más importante del año. Tres puntos que valen muchísimo más...

El primer tiempo estaba naciendo. Los del Globo aún se acomodaban en el campo de juego y el equipo de Rubén Darío Insua golpeó sin previo aviso. Con un remate débil y sorpresivo, a Ezequiel Cerutti le alcanzó para superar a Lucas Chaves, festejar el 1-0 a los dos minutos y cambiar el trámite de un encuentro que no llegó ni a entrar en calor.

Tras el tanto del Pocho, San Lorenzo tuvo un PT sin sobresaltos. Con soltura y aplomo, el dueño de casa manejó los tiempo, tuvo alguna oportunidad más con un Nahuel Barrios imparable y se fue al vestuario muy aplaudido por su gente. Enfrente, la cara de preocupación era de Diego Dabove, que necesitaba despertar a los suyos.

El complemento fue distinto. Si bien el Cuervo tuvo una clarísima en el inicio con un remate tremendo deAdam Bareiro que explotó el travesaño, la visita salió con otra actitud y por momento lo tuvo contra las cuerdas. Allí surgió la firmeza del capitán Federico Gattoni, quien junto al joven Agustín Giay mantuvieron en cero el arco de Augusto Batalla.

Y así, mirando el reloj de reojo y sufiendo el enérgico segundo tiempo de su eterno rival, San Lorenzo poco a poco fue entrando en la fiesta. Asegurando tres puntos después de seis partidos consecutivos sin ganar y celebrando que el triunfo que lo acerca a la Sudamericana dejó a Huracán lejos de la pelea por el título, los de Insúa pelearon hasta la última pelota y se fueron cantando con la hinchada. 

Ah, por si fuera poco para festejar, los de Boedo siguen sumando a su paternidad. Según marca el historial, de 172 partidos disputados el Cuervo ganó 83, hubo 45 empates y el Globo se quedó con 44 . ¡La historia sigue teniendo plumas negras!