Un 28 de junio de 2001 se llevó a cabo la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y Cruz Azul. El escenario: La Bombonera. Más de 50 mil personas asistieron a la cancha para ver al equipo de Carlos Bianchi coronarse como bicampeón de la competencia, aunque lo hizo con suspenso.

Al igual que contra Palmeiras en el año anterior, los Xeneizes tuvieron que llegar hasta los penales para poder vencer a La Máquina. Esto, debido a que los mexicanos se impusieron por 0-1 en la vuelta con gol de Francisco Palencia e igualaron el global 1-1. Allí, la figura de Óscar Córdoba se agigantó y le dio a Boca su cuarto título.

 

En una entrevista con Líbero, el guardameta colombiano reconoció que hizo trampa frente a los Celestes. "¿Si me adelanté? Uno trata de tomar un poco de ventaja. El tema es adelantarte pero no anticiparte demasiado porque el delantero puede cambiar la definición", admitió el arquero. Por otra parte, Nicolás Leoz (presidente de Cruz Azul en aquel momento), reveló hace poco tiempo que la Conmebol hizo lo imposible para evitar que salgan campeones.

 

 

Cabe recordar que le atajó el penal a Pablo Galdames; mientras que José Hernández y Julio Pinheiro directamente volaron el balón por encima del travesaño. Además, es una técnica que le enseño Bianchi justamente un año antes, frente a Palmeiras.

En aquella ocasión el Virrey le comentó a Córdoba: "Cuando llega a la pelota (el lanzador), te adelantas un paso y te tirás a un palo. No te lo van a hacer patear de vuelta". Así es como el cafetero pudo convertirse en una verdadera leyenda de Boca Juniors, hacerse casi imbatible cada vez que al equipo le tocaba llegar a esa instancia.