Este sábado, Liverpool y Leicester City nos regalaron un partidazo bárbaro para despertanos en el fin de semana.

Lo mejor fue el segundo tiempo, después de una primera parte donde no tuvimos ningún gol. No obstante, no fue lo mejor para los Reds.

Más que nada, por el segundo gol de los Foxes, que lo habían empatado hacía apenas tres minutos atrás de los pies de James Maddison.

De un pelotazo largo, Alisson Becker salió lejos pero no sabemos si nunca se habló con Alexander-Arnold o éste último nunca lo escuchó.

Le pegó casi encima de su compañero y la pelota le quedó servida a Jamie Vardy, quien le tocó hacer el gol más fácil de su carrera.

¡Qué locura de partido!