Si de historias de vida conversamos, los casos son millones. Claro, cada persona atraviesa situaciones que hacen que su mundo se vuelva único e incomparable, pero en ciertas ocasiones hay realidades que superan todo. Si se habla de Manny Pacquiao se piensa en una leyenda absoluta del boxeo, pero lo que no muchos saben es que la historia de vida que se esconde detrás del filipino es una locura absoluta desde el principio hasta el final.

“Mató a mi perro. Tomó el cachorro que encontré en la calle y lo mató. Para un niño, eso era imperdonable”, explicó Manny en su autobiografía en la que, sin entrar en detalles, contó como su propio padre asesinó a su mascota y ¡se la comió frente a él!

Manny nació en 1978 y la pobreza azotaba sin piedad. Por esa razón, Pacman recuerda como era el lugar en el que le tocó pasar los primeros años de su vida: “No había hospital, farmacia, médico o enfermera a una distancia razonable. Éramos pobres, muy pobres”.

Esto lo soportó apenas hasta los 12 años, momento en el que Manny decidió abandonar su casa, su familia y emprender viaje hacia Manila, la capital de Filipinas para buscar un futuro mejor. Enseguida se adentró en el mundo del boxeo por el talento natural que tenía y desde muy niño comenzó a ver sus primeras pagas de dos dólares que para él representaban una fortuna para ayudar a sus seres más queridos.

“Vivía en la calle. Compraba donas y las vendía cinco centavos más caras para poder sobrevivir. Dormía en una caja de cartón. Se abrió paso a través de todo esto y se convirtió en profesional a los 14 años. Filipinas es un lugar pobre, no hay bienestar, ningún sistema de salud y si usted no tiene trabajo o dinero, entonces hace cualquier cosa para sobrevivir”, relató su histórico entrenador, Freddie Roach.

El increíble paso de Pacquiao por el boxeo y las divisiones en las que fue campeón mundial

Tan hábil era Pacquiao en el boxeo que, como contó Roach, no tuvo dificultades en deslumbrar a propios y extraños desde muy pronto. No era ni mayor de edad y ya estaba compitiendo en el peso minimosca. El resto es historia, porque Pacman fue el único en consagrarse campeón en ocho divisiones distintas y su récord de 72 peleas con 62 victorias, ocho derrotas y dos empates le dan un estatus de leyenda que no será superado jamás.

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Manny Pacquiao es el único boxeador en ser campeón en ocho divisiones distintas. (GETTY IMAGES)

La gloria trajo dinero de manera inevitable y por eso Manny no solo salió de la pobreza, sino que se convirtió en uno de los deportistas más millonarios de toda la historia. Se estima que su fortuna llegó a alcanzar los 565 millones de dólares y fue por eso que en 2021, tras 26 años como profesional, entendió que ya había hecho todo. Se retiró, pero su vida se dedicó a la política.

Se convirtió en senador de su país y hasta se animó a presentarse como candidato a presidente en 2022. Desafortunadamente para él perdió y el mundo se privó de ver a un boxeador al frente de una nación. “Como boxeador y atleta, sé aceptar la derrota. Solo espero que, aunque yo haya perdido esta pelea, mis compatriotas filipinos que están sufriendo ganen” , reflexionó Manny tras caer en las urnas.

En total, fue diputado entre 2008 y 2009, miembro de la Cámara de Representantes desde 2010 hasta 2016 y senador entre 2016 y 2022. En su país es amado por las múltiples obras y viviendas que le brindó a los ciudadanos filipinos para mejorarles un poco la calidad de vida.

Manny Pacquiao recibiendo el cariño de la gente que le agradece lo que hace por ellos. (GETTY IMAGES)

Como si no fuera poco, Manny fue jugador de baloncesto y propietario de un equipo llamado MP-GenSan Warriors y hasta lanzó su propia liga en la que competían, únicamente, jugadores filipinos. También fue actor y estuvo presente en películas y series de televisión, más un paso como cantante, donde se expresaba con la lengua natal de su nación, el tagalo.

A todo esto, ¿qué fue de la vida del padre de Pacquiao? Manny no solo le deja ver al mundo su historia de superación en la que se sobrepuso a las adversidades más duras hasta llegar a brillar y poder conseguir lo que siempre soñó, para también darse los lujos que quiso en todos los aspectos de la vida. El filipino también hace poner de pie a todos porque, después de algo tan traumático como lo que le hizo vivir su progenitor, tuvo la templanza de los grandes para perdonarlo y olvidar ese suceso. “Cuando miré a mi padre a los ojos por primera vez en casi dos décadas, ya no estaba amargado ni enojado. Lo perdoné de inmediato”, relató Manny con gran humildad. Aplausos para esta leyenda de 45 años…