En ocasiones es necesario respaldar las opiniones en estadísticas, pero en otras solo basta con mirar un poco alrededor para confirmar alguna teoría. La del día de hoy está relacionada a la NBA y su particular presente, en el que parece que cada una de las 30 franquicias se pusieron de acuerdo en una cosa muy clara: atacar sin ofrecer defensa alguna. Claro que es una afirmación un tanto particular, porque carece de una información fidedigna y reveladora, pero se refuta con una simple pregunta: ¿Hace falta que le digan que el cielo despejado es celeste o con verlo ya le basta?

En algún momento, hace no muchos años, por la temporada 2015-16 aproximadamente, Golden State Warriors instaló una nueva forma de jugar, contando con la opción del tiro de tres como una prioritaria, generando una diferencia con todos aquellos que no les podían seguir el ritmo intenso. A casi una década de aquel suceso, hoy es moneda corriente ver como los jugadores eligen el lanzamiento exterior a una bandeja, pero esto no es todo. Así, el análisis quedaría limitado a un solo aspecto y la realidad es que la liga está atravesando una profunda transición en su forma de jugar.

El particular momento que vive la NBA

Posesiones cortas, defensas que han perdido peso en la pintura sin pívots dominantes bajo la canasta y con esquemas más pensados para qué hacer con el balón en las manos sin importar tanto lo que sucede cuando lo tiene en el rival, los encuentros están terminando con marcadores abultados, que no permiten terminar de diferenciar la capacidad y el talento de la pasividad defensiva.

Así como en el futbol un 4-4 puede ser considerado como un partidazo, pero con la clara sensación de que se falló en defensa, también es aburrido un 0-0 conservador en el que no se tomen riesgos. En el basquetbol sucede algo similar, porque, que los encuentros culminen con ambos equipos por encima de los 120, 125 puntos o incluso más, deja a las claras que un concepto funciona bien, pero que otro está quedando en deuda.

En un aproximado, ya que es un número que fluctúa constantemente, la actual temporada está promediando 118 puntos por equipo, cifras que colocan a la presente campaña como la más anotadora en los últimos 64 años por encima de lo sucedido en 1961-62. A su vez, esto se ve reflejado en las 102 posesiones promedio que hay por equipo a lo largo de los cuatro cuartos, dejando el ritmo más alto en 30 años de competencia.

La NBA refleja una curiosa realidad, en la que los equipos parecen diseñados únicamente para atacar. (GETTY IMAGES)

Por más de que el tiempo pase, hay cosas que jamás van a cambiar, porque el mundo sigue siendo más o menos el mismo. “Un buen ataque gana partidos, pero una buena defensa gana campeonatos”, es una frase que, tal vez, esté bien refrescarla. Sacadas las primeras conclusiones de la temporada, se puede observar que cualquiera le puede ganar a cualquiera y que no existen contendientes fuertes más allá de los campeones, Oklahoma City Thunder.

Si esto sigue así, entonces será sinónimo de moneda al aire y si el caos de puntos y resultados inesperados se detiene, entonces significará que los equipos con mayor jerarquía ordenaron la casa.

En síntesis

  • La NBA registra un promedio de 118 puntos por equipo, la cifra más alta desde 1961.
  • Las franquicias promedian 102 posesiones por partido, el ritmo más elevado en 30 años.
  • El artículo identifica a Oklahoma City Thunder como el único contendiente fuerte actualmente.