No fue una noche para el recuerdo para los Rayados de Monterrey la de este sábado en el Estadio BBVA. El conjunto local no pudo romper el cero ante Mazatlán y empató sin goles en casa, dejando pasar la posibilidad de alejarse como líder del campeonato.
Sin embargo, fue un encuentro atípico para el equipo albiazul, ya que debió disputar casi todo el juego con un hombre menos: a los 5 minutos de iniciado el partido, Sebastián Vegas fue expulsado producto de una patada a la altura del abdomen de Alan Medina.
Tal incidencia a tan temprana instancia del juego comprometió la planificación de Martín Demichelis, cuya estrategia de partido quedó rápidamente de lado para adaptarse a las nuevas circunstancias del encuentro. Así, Monterrey nunca se sintió del todo cómodo y perdió una buena oportunidad en casa.
En este contexto, la afición de Rayados atacó a Sebastián Vegas en las redes sociales, responsabilizándolo por la igualdad, y pidiendo que el defensa no vuelva a jugar con la playera albiazul en el corto plazo, e incluso en algunos casos que pronto deje de pertenecer a la institución.
Más allá de las críticas, Demichelis mantuvo una postura distante con ese tipo de comentarios: el DT respaldó a Vegas luego de lo sucedido, y lejos de tomar una decisión drástica, ratificó su confianza en el zaguero central, algo que hizo estallar a muchos simpatizantes.
“No es un acto de indisciplina, para mí la disciplina pasa por otro lado: por el respeto, por el compromiso, por el rendimiento, por ser puntual… por ser dedicado para con la profesión; Sebastián es un gran profesional“, expresó el estratega argentino en rueda de prensa después del 0-0 entre Rayados y Mazatlán en el Estadio BBVA.
Además, Martín Demichelis se hizo cargo de la expulsión de su futbolista y se delegó toda la culpa. “Nosotros queremos agresividad, para defender bien, para ser compactos, para ser un equipo que intimide hay que ser agresivo, pero ni Germán (Berterame en el juego anterior) ni Sebastián quisieron dañar, son cosas del fútbol”, agregó el director técnico de Monterrey, que intentó ponerle paños fríos a la cuestión para no agitar el ambiente y no romper la relación entre afición y plantilla.