Santiago Giménez se destaca en el futbol europeo a través del Feyenoord y tiene un futuro increíble. Es el gran apuntado a liderar la ofensiva de la Selección Mexicana en el próximo proceso mundialista y parece tener el potencial necesario como para dar otro salto de calidad y fichar con un club aún más importante.
Sin embargo, no siempre todo fue color de rosas para el Bebote. Además de todo lo que tuvo que sacrificar para llegar a donde está hoy en día, también tuvo inconvenientes de salud muy graves que provocaron que tanto su vida como su carrera corrieran riesgo. Esto lo confesó Christian, su padre, en entrevista con Javier Alarcón.
A sus 17 años de edad, lejos de debutar en primera división, el 9 presentó un problema de coágulos en la sangre que pudo haberle generado una trombosis, tal como le sucedió hace poco tiempo a Nicolás Castillo, exdelantero de América y Pumas UNAM. Afortunadamente, fue intervenido a tiempo y los especialistas lograron que pueda continuar con su vida de forma normal.
A continuación, te compartimos el crudo relato del Chaco, en donde dio detalles de lo sucedido con el Bebote.
El crudo relato del Chaco Giménez
“Estaba en riesgo su salud, estaba en riesgo su vida. No fue fácil. Creo que la determinación de él, tener en la mente la fortaleza que tenía él. Yo le decía: ´A mí ya no me importa si jugás o no jugás (al futbol)´. Él me respondía que quería jugar al futbol, que no le importaba otra cosa.
Fueron momentos difíciles porque no encontraba respuesta del porqué de las cosas. Un chico sano, que hace actividad física desde los 8 años hasta los 17, tiempo en el que le pasó esto. Estaba en un momento bueno y de repente le salió eso, tampoco nosotros entendíamos. Pero como padres lo sufrimos más, porque es tu hijo, imaginarte que le pase algo es muy difícil.
No lo tomamos con tranquilidad, estábamos preocupados. Lo detectaron a tiempo, y las tres operaciones que tuvo Santiago fueron con éxito. La primera operación había mejorado solo un 20% (su estado) pero no podría jugar (al futbol), no podría hacer actividad física. Su vida ya estaba a salvo, pero podría haber sangrados internos.
En la segunda operación que se hizo tuvo una mejoría más fluida en su sangra; y ya en la tercera, como veíamos que había mejoría, ya fue más dirigida. Fue un proceso deun año.
Por suerte la vena se restauró en un 70%, no se puede al 100%, pero ahí el doctor le dijo que ya está, que iba para adelante y podía volver a jugar.
Gracias a Dios los trombos no fueron al pulmón o a la cabeza, porque habría sido otra historia”.