Su impacto en la selección ha sido evidente desde que Luis Enrique le llamase para la Eurocopa de Naciones. Aymeric Laporte se ha convertido en el nuevo líder de una defensa española donde se ha encontrado vida tras el retiro de Gerard Piqué y lo que parece ser el final de era Sergio Ramos. En vísperas de su primera final con la Roja por la Nations League, el zaguero quiere venganza ante quienes le ‘cerraron’ las puertas en Francia.

Nacido un 27 de mayo de 1994 en Agen (País Vasco francés), Aymeric Laporte ha tenido una vida ligada al fútbol español. Athletic de Bilbao le fichó desde muy joven para que hiciese todas las inferiores en la cantera de Lezama, donde acabó explotando en 2012 mientras ejercía como capitán de las selecciones juveniles de Francia. Su desempeño no había echo que nadie le llamase para quedar enganchado de por vida a la mayor de Le Blues, aunque todo parecía cuestión de tiempo.

Cuatro años esperando el debut 

Se fue a Manchester City en 2017 por más de 65 millones de euros para convertirse en el primer pase del equipo de Guardiola. Los títulos, goles y deslumbrantes actuaciones en la Premier se hacían pan de cada día, aunque Laporte no conseguía meterse en una selección donde Varane, Umtiti y Kimpembe parecían tener la confianza de Deschamps. Si bien el DT le llevó a dos partidos oficiales, nunca le dio un minuto en el campo que hubiese supuesto un bloqueo a quienes pretendían nacionalizarle.

Cansado de esperar un debut que nunca llegó y producto de sus más de 10 años en una España donde tenía residencia, Luis Enrique le llamó para liderar la zaga del equipo en la Euro, donde estalló todo con Francia. "Lo he dicho una y diez veces. Estoy muy feliz de estar aquí, de compartir grupo con estos compañeros que me han acogido muy bien. Desde el minuto uno me he sentido muy a gusto y estoy muy contento con ello", declaraba en su primera rueda de prensa.

En la Galia culparon a Deschamps por lo que fue considerado como reforzar a un rival directo por los títulos. Dicho esto, leyendas de Le Blues como Luis Fernández (campeón de la Euro 84 ante España) se mostraron incrédulos por la decisión de un Aymeric Laporte que podrá demostrarle hoy a toda Francia que no llamarle tras 4 años en la élite, fue más que un grave error.