El coronavirus une y también divide. La economía y la política son claros ejemplos de esto. En la primera, muchos, a pesar de tener medios suficientes recursos ambicionan más y más. Mientras muchas personas se solidarizan, otras tantas muestran su peor cara. En la segunda, las ganas de sacar un rédito también hacen muchas veces a la oposición enemiga del pueblo en situaciones de crisis como esta.
No es una novedad decir que Keiko Sofia Fujimori es un personaje polémico en el Perú. Hoy por hoy, la hija del exmandatario Alberto Fujimori está en prisión preventiva por ser acusada de liderar una banda criminal. Aparece, entonces, otra discusión de estos días ¿qué hacer con los presos y el COVID-19? ¿Son todos los presos iguales?
En este contexto, la excongresista emitió un comunicado en sus redes sociales: “Quiero utilizar este espacio en mis redes sociales para informar la situación tan dramática que estoy compartiendo con las internas del penal anexo de Chorrillos”. “El riesgo de contagio es muy grande y hay casos realmente graves”, continuó.
Después, se refirió a Susana Villarán, otra política también presa: “Es una persona de 70 años y su salud está deteriorada”. “Creo que este es otro caso que necesita una excarcelación inmediata“, aseguró. “Vivimos una situación inesperada que nadie deseó jamás pero que requiere medidas urgentes“, señala en otra parte dirigiéndose a la élite dirigente del país.
Tras ver esto, uno de de sus más fuertes contrincantes, Daniel Urresti, no dudó en replicarle: “¡Pensar que hace poco no le importaba que se perjudiquen mil, diez mil o cien mil personas! A veces estar entre los perjudicados si te hacen cambiar pelona”. Así, el congresista más votado de las últimas elecciones le recordó un episodio triste en su carrera política. Además, usó el apodó que se hizo célebre en el debate con PPK: pelona.
