Almagro le amargó la que podía ser la noche soñada para Daniele De Rossi. Los diarios del mundo hablarían del gol del italiano en su debut en Argentina.
Fue ovacionado por todos los hinchas de Boca por su gran juego, los pases simples a un toque y porque plasmó en el césped la jerarquía internacional que tienen sus botas.
Tardó 15 segundos en ir a disputar una dividida, 4 minutos en tirarse al césped para intentar quitar una pelota. Raspó y jugó.
Diego Maradona, fanático número 1 del Romano, dijo a los 15 minutos del primer tiempo que el volante cabecea en las dos áreas. Y bueno, el que sabe, sabe.
A los 27 minutos, centro desde la izquierda del ataque del elenco de Alfaro, De Rossi apareció en el segundo palo y la mandó a guardar de cabeza.
El Diego se emociona cuando ve sus pases con presición. “Le gusta el quilombo, cuando lo aprietan están apretando a La Roma y el Tano responde sacando el pecho como Il Capitano que es”.
De Rossi completó un primer tiempo de alto nivel. Jugó de primera, estuvo siempre bien parado y hasta anotó un gol. Es más, ya insulta en argento. Un crack.
En el complemento lo sacaron, se ganó la ovación de toda La Plata y se vino la caída de Boca. Seguramente, tuvo sensaciones encontradas en la habitación del hotel.
¿Pudo dormir? ¿Se quedó amargado por la derrota? ¿Seguirá emocionado por su gol? ¿Habrá sentido la locura del hincha argentino? Bienvenido, Tano.