Cuando los argentinos tenemos que hablar de Jorge Sampaoli se produce una mezcla de sensaciones, algunas buenas, otras no tanto. Es imposible no recordar su paso por la Selección Argentina. Así y todo podemos reconocer que siempre le fue bien afuera y hoy se ve reflejado en el Santos de Brasil, como en su momento lo vimos en el Sevilla de España o en la Selección de Chile.
Hoy su presente en el país carioca viene viento en popa: está tercero en la tabla y viene probando una buena lista de jóvenes promesas que quizás se conviertan en joyas.
El DT argentino hace que su equipo juegue con una esencia especial, sigue su camino de ascenso a pesar de que adelante tiene al gigante Flamengo, invencible en esta época. Sampa siempre se caracterizó por ser un rebelde, no sólo por sus tatuajes y su look, sino también por sus decisiones.
En el Santos dejóen el banco y bajó a reserva a jugadores de alto nivel, de selección, generando polémicos comunicados del presidente del club. Sin embargo, dejóatrás su racha de malos comentarios y cerró bocas con resultados: 65 puntos.
Forma con un equipo que presiona y roba. Que es agresivo y aprovecha los errores de sus rivales para mostrar su buen pie. Trabaja arduamente con futbolistas jóvenes, en formación, pero que parecen no tenerle miedo a la gambeta; controlan muy claramente el juego y la pelota.
Asegura que hace mucho con poco, discurso que ya se le ha hecho propio en otros equipos, pero es cierto que ante algunas perdidas, pudo superar la adversidad. Con un plantel corto, Sampaoli supo potenciar el Peixe. Puso contenciones fijas y les paró adelante hombres rápidos para el ataque. Sus extremos son jugadores agudos, Soteldo y Sasha se han hecho muy profundos por las bandas, son chicos todavía pero con mucha ambición. Y la termina con delanteros muy bien entrenados para picar fuerte a la espalda de los centrales. Un equipo abrumador.