En un Vélodrome repleto, Griezmann puso a Francia en la final de la Eurocopa 2016 con un doblete para vencer al campeón del mundo, Alemania. El domingo, el título lo definirá ante Portugal.

El dueño de casa ante el candidato. El campeón del mundo, Alemania, claro favorito desde su pase por penales ante Italia, poco le importaba la localía de Francia. En el juego, los papeles iban a ser diferentes.

En un Vélodrome de Marsella repleto, el primer tiempo fue todo germano: elaboró las chances más claras y exigió al máximo a Hugo Lloris, quien debió volar en un par de oportunidades para mantener en cero su valle.

Finalmente, en la última jugada de los 45 minutos, el local iba a tener la suya: una innecesaria y rídicula mano de Bastian Schweinsteiger le daría el penal a Antoine Griezmann, quien no falló. Los de Didier Deschamps se fueron al descanso con una injusta ventaja.

Francia defendió y defendió, mucho mejor en la segunda parte ante una Alemania que no descansó en ningún momento. En una contra, que parecía una de tantas, Paul Pogba bailó junto a su marca, centró, Manuel Neuer despejó a medias y se la dejó servida a Griezmann. El francés olfateó gol y puso la zuela de su botín para estirar la victoria a 2-0.

Con el resultado en contra, Alemania provocó sus mejores chances en el partido: un remate que se estrelló en el ángulo e innumerables centros, de esos que meten medio a cualquier defensa. Otra vez, Lloris fue clave para evitar un final no apto para cardíacos.

Francia ganó, derrotó al campeón del mundo, y definirá en su casa el título de la Eurocopa ante la Portugal de Cristiano Ronaldo. Una final para alquilar balcones.

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