Con un grito agónico de Santa Cruz, el Franjeado le ganó 3-1 a Independiente del Valle, último subcampeón, y clasificó a la Segunda Fase de la Libertadores.

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Este jueves, en el estadio Manuel Ferreira, Olimpia e Independiente del Valle se enfrentaron por el choque de vuelta de la Segunda ronda clasificatoria del certamen más importante de América. Y dicho duelo estuvo cargado de emociones.

En la ida de la serie, los ecuatorianos ganaron 1-0 con el tanto de Juan Pablo Segovia. Por lo tanto, el Franjeado estaba obligado a convertir, al menos, dos goles para clasificar.

Apenas a los 9 minutos del primer tiempo, un centro de Julián Benítez terminó ingresando, de manera increíble, en el arco de Adrián Bone. De esa forma, los locales lograron ponerse en ventaja rápidamente.

Un rato más tarde, Benítez le dio una gran asistencia a Brian Velázquez y este resolvió de buena manera frente al arquero. Olimpia pasó al frente jugando bien y con un 2-0 justo.

Pero, a los 43 minutos, cuando se estaba por terminar el primer tiempo, Gabriel Cortéz envió un centro y Librado Azcona, exportero de Independiente del Valle, salió mal con los puños y la pelota ingresó en su arco. Los ecuatorianos descontaron y pudieron respirar.

En la segunda mitad, Olimpia tuvo otra gran muestra de actitud. Buscó por todos los medios el tercer grito. Y dicen que el que busca e insiste, obtiene lo que quiere. Este fue el caso del Franjeado, que con el ingreso de Roque Santa Cruz estampó el 3-1 para desatar la locura en Asunción.