Simplemente es el hombre de los milagros.

Cuando Diego Maradona se hizo cargo de la dirección técnica del Dorados, ni el más optimista de los seguidores imaginaba que podía llegar a lograr esto.

El equipo de Sinaloa llegaba con una ventaja de dos goles a este partido de semifinales de vuelta frente a Juárez, conseguidos en el encuentro de ida en el Estadio Banorte.

A pesar de contar con la diferencia,el equipo se hizo cargo de las acciones en la primera mitad.

Un par de buenas jugadas, pero mal terminadas, pudieron haber puesto en ventaja al Gran Pez en ese primer tiempo. Sin embargo, un invento del árbitro le dio la posibilidad al conjunto local de anotar el primer gol.

Leandro Corrijos cruzó el penal y puso el primer tanto de la noche. A partir de ahí, el partido cambió por completo.

En búsqueda de un segundo gol que les daba la clasificación a la final (porque habían terminado mejor clasificados en la temporada regular) los Bravos salieron a presionar mucho más cerca del arco defendido por Gaspar Servio.

El arquero, promediando la segunda mitad, tuvo una intervención brillante, para que Dorados disfrute y Maradona siga siendo el hombre de los milagros.