Draymond Green es ese tipo de jugador que tiene un enorme impacto en todas las áreas del juego, a pesar de que las estadísticas pudieran decir lo contrario, por lo que tenerlo en buen nivel se traducirá en excelentes noticias para los Golden State Warriors.

Green es uno de los mejores defensores del mundo, un excelente pasador, y un jugador sumamente inteligente para posicionarse en la ofensiva, incluso si ese nunca ha sido – ni será – el punto fuerte de su juego.

En este sentido, y considerando el enorme nivel que ha mostrado en los últimos partidos de los campeones defensores, Green confesó el problema de actitud que debió superar para poder volver a ser el mismo de antes:

“Me di cuenta de que había llegado a un punto en el que estaba más ocupado de llorar que de jugar. Estoy seguro de que era desagradable de ver, porque se sentía desagradable jugar así”.

Ahora, Green ha cargado con varios aspectos del equipo en ambos costados del tabloncillo con Kevin Durant marginado por una lesión, y no ha recibido faltas técnicas como acostumbraba por quejarse vehementemente ante los árbitros.

Los Warriors tienen a Stephen Curry y Klay Thompson como máximos referentes a la ofensiva sin Durant en el equipo, pero la agresividad y lectura de juego de Green son el verdadero motor del equipo de Steve Kerr.