Desde que Steve Kerr tomó la batuta de los Golden State Warriors, todos los equipos de baloncesto del mundo se han dedicado a estudiarlos para tratar de repetir su fórmula o encontrar la manera de frenarlos.
No solo esto ha sido imposible, sino que, de alguna forma, pareciera que los campeones defensores son cada día más fuertes y no existe debilidad alguna en su juego. Al menos, eso parecía antes del triunfo 126-121 de los Houston Rockets en el juego 3 de las Semifinales de Conferencia.
Y es que, lo que alguna vez fue una fortaleza para los ‘Dubs’, ahora es su único talón de Aquiles: la segunda unidad, que carece de la profundidad y el talento que siempre caracterizó a los sustitutos de Kerr.
La banca de los Warriors anotó 7 puntos en total, tomando únicamente 6 tiros en todo el compromiso, a pesar de que el mismo incluso llegó a un tiempo suplementario, donde finalmente se impusieron James Harden y compañía.
Los playoffs son el momento crítico del año y, si bien los técnicos suelen confiar más en sus titulares que en el resto del equipo, la segunda unidad deberá comportarse a la altura para poder permitirle descanso a las estrellas.
Ahora, la serie se puso 2-1 y los Rockets consiguieron una luz al final del túnel, pero deberán ser casi perfectos para explotar al máximo la única debilidad de los campeones.
