Lonzo Ball sufrió una dura lesión de tobillo en la derrota de los Lakers ante los Rockets, por lo que deberá perderse, cuando menos, un mes de acción.

Esta lesión, de acuerdo con el entrenador Luke Walton, ha tenido un duro impacto emocional sobre el piloto de segundo año, que se encuentra “devastado emocionalmente” por no poder jugar.

Además, el entrenador no reparó en elogios para el producto de UCLA, asegurando que estaba jugando el mejor baloncesto de su joven carrera ahora que debía liderar al equipo sin LeBron James ni Rajon Rondo.

Kyle Kuzma, compañero y gran amigo de Ball, también compareció ante la prensa para reconocer el impacto de la baja del armador, especialmente en lo que respecta a su experticia defensiva con y sin balón.

Kuzma reconoció también que Ball estaba haciendo un excelente trabajo impulsando la ofensiva angelina, que se encontrará acéfala en cuestión de manejadores mientras Rondo y James vuelven de sus respectivas dolencias.